¿Por qué los perros pueden vernos como padres y nosotros a ellos como hijos?
El cariño que sentimos por nuestras mascotas, en la mayoría de casos, es tan amplio que se puede comparar con el de los padres e hijos. Esta similitud podemos interpretarla por la responsabilidad que nos genera tener que cuidar de otro ser vivo, pues alimentarlo, llevarlo a su doctor y mimarlo provoca sentimientos de afecto, alegría y preocupación por el otro, como les ocurre a quiénes son padres de un niño o una niña.
Pero, más allá del vínculo de responsabilidad, existen comprobadas razones del por qué el amor o cariño que sentimos por nuestros perros puede ser muy similar al de una madre o padre con su hijo.
La química entre un perro y su amo
Tal vez sientas que la conexión con tu perro es tan fuerte porque te transmite una gran emoción cada vez que llegas a casa, no quiere despegarse de tu lado y sabes que no se comporta con otras personas como contigo. Bueno, esto tiene una explicación científica, pues es causado por la oxitocina, conocida como la hormona del amor y se ha evidenciado que está presente tanto en perros como en amos, a medida que va evolucionando su relación, creando una fuerte conexión a nivel biológico como la que se crea entre padres e hijos. Así lo afirma un estudio del departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu en Japón.
Esta sustancia química funciona como neurotransmisor en el cerebro, generando vínculos afectivos entre los seres humanos y según la investigación, también funciona con otras especies como los perros. Esto se comprobó por medio de varios experimentos con caninos de diferentes razas y sus amos, en donde eran llevados a una habitación para registrar sus interacciones. A medida que aumentaba el contacto visual entre ambos, incrementaba los niveles de oxitocina en cada uno.
Esta investigación dio como conclusión que entre más contacto visual tenían los dueños con sus perros, mayor era el aumento de la oxitocina en el cerebro de ambos. Así, se demostró que un amo y su perrito, refuerzan sus vínculos de manera biológica y neuronal, muy similar a cómo se construyen los lazos afectivos entre miembros de una misma familia.
Un amo para su perro es igual a seguridad
Por otro lado, un estudio de La Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, en Austria, realizó una investigación donde se demostró que los perros también desarrollan con sus amos el “efecto de base segura”, un concepto que se utiliza en la relación de los padres con lo hijos, en el cual los niños ven a sus papás como un foco de seguridad mientras interactúan con su entorno.
El comportamiento de los perros con sus amos es muy similar al de un niño en el parque, que mientras juega no pierde de vista a sus padres porque sabe que así estará seguro y que ante cualquier situación puede pedir su ayuda. Así lo demostró el estudio en el que se analizó a diferentes perros mientras juagaban con diversos objetos cuando su dueño estaba presente o cuando estaba ausente.
Allí, se evidenció que los perros estaban más tímidos y menos motivados a jugar mientras sus dueños no estaban. Pero, cuando sus amos regresaban estaban más entusiasmados, no importaba si estuvieran en silencio o si les hablaban para animarlos a jugar, los peluditos demostraban más confianza solo con tener a su humano cerca.
Los perros responden a la voz de su amo como un bebé a su madre
Otro estudio de la revista científica NeuroImage, demostró que el cerebro de los perros responden a la voz de sus dueños de manera muy semejante, neurológicamente, cómo reacciona el cerebro de los bebés al oír a su madre.
En esta investigación de diversos centros universitarios de Hungría, se analizó la actividad cerebral de los perros al escuchar en diferentes tonos la voz de sus dueños y la de personas conocidas para ellos. Allí, se halló que los peluditos tienen una mayor sensibilidad en la corteza auditiva y en su centro cerebral de recompensa, cuando sus amos los elogian que cuando otro humano así sea muy cercano lo hace.
También, se demostró que las reacciones positivas en los perros se dan así sus humanos se dirijan a ellos con una voz neutra o en un tono consentidor, en cambio no sucede lo mismo cuando les hablan otras personas. Sin embargo, otra investigación de la Universidad de Nueva York, ha demostrado que hablarle a un perro como si fuera un bebé tiene mayor incidencia en su comportamiento que cuando se le habla en una tonalidad seria.
Por más ridículo que pueda parecer para algunos, hablarle a un perro como a un bebé de meses tiene reacciones altamente positivas, hace que preste más atención y obedezca mejor. El Naturalistic Dog Directed Speech (DDS) o Discurso Dirigido a Perros, en español, es ese tono de voz calmado, suave y cariñoso, similar al que se usa para hablarle a los niños, y que se ha comprobado facilita el entendimiento del mensaje y mejora el vínculo entre el humano y su mascota, sobre todo en cachorros.
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